Ópticas Constructivas
Dr. Rogelio Diaz Ortiz
Con pocas emociones, pero con la satisfacción del resultado final la Selección de Fútbol de México obtuvo el campeonato en el Torneo denominado Liga de Naciones de la CONCACAF 2025.
Estamos cada vez más cerca de la realización de la Copa Mundial de Futbol que de manera conjunta organizan México, Estados Unidos y Canadá.
Se trabaja a marchas forzadas para que el Estadio Azteca, próximamente BANORTE, quede listo para recibir los partidos que se le asignarán, en tanto que la deseabilidad y confianza en el representativo nacional muestra fisuras y desconfianza.
Desde el pasado mundial realizado en Qatar, 2022, han pasado como técnicos nacionales Diego Cocca, Jaime Lozano y ahora Javier Aguirre.
Todos ellos, con más pena que gloria, con una rotación de jugadores de todas edades, estilos y capacidades que NO terminan de convencer ni agradar a la exigente afición que acude a los estadios o le ven por televisión.
Se trata de un ritual que se repite cada cuatro años, en el que empresarios, neófitos y “expertos” centran su atención en la selección que nos representa, con la esperanza de que logre alcanzar la parte más alta de la clasificación mundial y porque no ganar la copa del mundo.
Mercadólogos y financieros diseñan estrategias para que, sin importar el resultado deportivo, el negocio siga obteniendo jugosas utilidades, “fabrican” ídolos en los que descansa la esperanza, de ahora sí, enfrentar a cualquiera con garantía de obtener el triunfo, si es posible por goleada.
Serán millones de personas quienes seguirán las incidencias de los partidos a través de las diferentes plataformas digitales y de la televisión, sin importar su horario e incluso los contendientes.
Vale la pena dimensionar que esta edición del Mundial de Fútbol contará con la participación de más equipos que nunca, el interés que provoca en todo el planeta solo es comparable al que genera los Juegos Olímpicos, la Fórmula 1, la Seria Mundial de Beisbol y el Super Bowl, por lo que se crea un “oasis” a la cotidianidad y se entroniza todo cuanto suceda alrededor del balón, los incidentes y actores de cada partido.
Por unos días lo que acontezca en la economía, la guerra en Ucrania o el Medio Oriente, el precio de la gasolina, las tortillas o la luz eléctrica, los índices en seguridad o el brote de cualquier enfermedad, pasarán a segundo término ya que el tema en todas partes será la alineación que presentará el equipo de sus amores, el nombre de los “nuevos héroes o villanos nacionales”, así como la “experta” crítica de los “Técnicos de café o buró”.
Se desconoce aún la lista definitiva de jugadores que integrarán a la representación mexicana, el triunfo logrado ante las selecciones de Canadá y Panamá que permitió obtener la Copa de la Liga de las Naciones CONCACAF 2025, le ha proporcionado un respiro a la presión que ya existía sobre el “Vasco” Aguirre y sobre ciertos jugadores.
Nunca antes nuestra selección había ganado este torneo ni habíamos visto que jugadores mexicanos fueran elegidos como mejor portero, goleador o el mejor jugador del torneo.
Al menos por hoy, el michoacano Luis Ángel Malagón y Raúl Jiménez, son motivo de presunción, identidad y orgullo para todos los mexicanos que desembolsaron el fruto de su trabajo, expresado en dólares, para llenar el Estadio de Los Ángeles, California.
Se espera que la Selección Mexicana enfrente entre 10 y 15 partidos antes del inicio de la justa mundialista del 2026, ojalá se trate de rivales que les obligue a mostrar su mejor nivel, les haga competitivos y encuentren un estilo de juego que deje satisfechos a la mayoría.
Ojalá jugadores como Santiago Giménez, el “Chucky” Lozano, Alexis Vega y Henry Martín muestren en la selección lo que suelen hacer en sus equipos, para con ello tener un representativo más fuerte y capaz de darle pelea a quien sea.
En la medida de los resultados, se acabará o incrementará quienes pidan relevo en la dirección técnica del equipo y los que exigen la incorporación de jugadores NO nacidos en México.
En fin, aficionados o no a este deporte preparémonos a ver como surgen voces que pondrán en cada partido sentimientos de identidad, pertenencia y orgullo a tope, a quienes presumirán de conocimientos futboleros sin haber pisado una cancha o un estadio, es más sin haber visto jamás un partido completo de futbol.
Es deseable que se evite todo tipo de manifestaciones de xenofobia, violencia e inseguridad ya que al final de todo se trata de partidos de futbol en donde no se juega a la patria ni el territorio.
Ojalá que este oasis, en nuestra cotidianidad, nos brinde momentos de satisfacción, nos dé excusa para reunirnos con nuestros afectos y de ser posible celebrar el buen desempeño de los nuestros.
De cualquier manera, durante el desarrollo de cada partido, en la
copa mundial, todo girará en torno a un balón y al grito de ¡gol!