Ópticas Constructivas
Dr. Rogelio Díaz Ortiz
Hace unos días se cumplió, un aniversario más, del fallecimiento del Licenciado Enrique Ramírez Miguel, lo que provocó evocarle con respeto, admiración, gratitud y amistad, recordando los gratos momentos compartidos, su generosa sabiduría y todo ello acompañado de su característica carcajada.
Los expertos en calidad y liderazgo afirman que la trascendencia de un líder es perfectamente perceptible cuando este no está… en el caso del Licenciado Ramírez, se extraña su presencia física, pero su liderazgo se mantiene intacto, su nombre sigue siendo referencia y causa de interés, de los muchos a quienes les gustaría conocer su receta para lograr el éxito.
Su sonora carcajada, juvenil actitud y generoso ejemplo de constante superación está siempre presente y refrendado cada año con la entrega del Premio Génesis al Mérito Empresarial que lleva su nombre, y a la usanza del mítico Cid Campeador sigue ganando batallas, dejando huella y significándose como inspiración y reto, lo mismo para jóvenes que viejos, para propios y extraños.
Puedo presumir que la convivencia con un ser carismático cuyo legado, aún en vida, le convirtió en leyenda, es un privilegio que la vida me regalo ya que pude abrevar de su innata facilidad para encontrar oportunidades de negocios o superación personal, de la práctica constante de resaltar lo positivo sobre cualquier adversidad, la constancia y responsabilidad en el trabajo, a no perder oportunidad alguna para reír, saludar a los demás, pedir las cosas por favor y dar siempre las gracias por el servicio recibido.
Sin duda alguna, una de las cualidades que más le admire fue su innato talento creativo, sensible y visionario, gracias a lo cual “pensó, construyó y provocó el futuro” de sus empresas, familia y entorno.
No son pocos quienes afirman que a él se debe la modernidad de la capital michoacana, haciendo alusión a un Morelia antes y un Morelia después de la llegada de Organización Ramírez.
En lo muy personal, permítanme compartir que gracias a su insistencia y consejo cursé la Maestría en Administración en la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, abriendo con ello un nuevo horizonte a mi desarrollo humano y profesional.
Recuerdo con aprecio cuando él contrastaba mis conocimientos adquiridos en el aula o en la lectura, de las tesis de Taylor, Drucker o Senge, con la práctica cotidiana y el sentido común, enriqueciendo mi visión, probando mi capacidad de adaptación y logrando que el resultado fuera satisfactorio.
Lecciones especiales de vida fueron su indeclinable amor por la familia, su fidelidad con la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, solidaridad con los amigos, pasión por Morelia, valentía para enfrentar retos y generosa vocación para servir a los demás.
El Licenciado Ramírez sabia como disfrutar minuto a minuto la vida, como ser siempre positivo, jovial y entusiasta, sin perder jamás la capacidad de asombro ni la oportunidad de “aprender a aprender”.
Su “incorporación” a Génesis nos dio la oportunidad de volvernos prácticos, pro activos y certeros en nuestras metas.
Nos motivó a encontrar mil formas de SI poder hacer las cosas, olvidando cualquier tipo de excusa o pretexto para justificar lo NO logrado.
Nos invitó a pensar en grande, convocándonos a evitar que la crítica nos destruyera o el elogio nos desubicara, le escuchamos afirmar mil veces que el éxito… “es el fino “contacto” entre la capacidad y la oportunidad”
En el hogar de la familia Díaz Galván, Don Enrique tiene un lugar de privilegio ya que con sencillez alababa y degustaba los platillos que mi esposa le ofrecía haciéndola sentir toda una chef.
No olvidamos nunca el canasto de ropa para bebe que adquirió en “La Chona”, Jalisco para regalarlo a mi hija Martha Patricia, nacida en el mes de febrero de 1996, si hace 28 años… unos meses antes de su partida al firmamento.
Sin duda, el mes de JUNIO es especial porque, este 2024 se cumplen 45 años de la creación de Génesis y marca la partida de Don Enrique Ramírez a su encuentro con el creador.
Estoy seguro que ahí realiza acciones de “avanzada” y de gestor permanente para que a su familia, amigos y amada Morelia siempre nos vaya bien.
Querido amigo Enrique Ramírez Miguel estoy seguro que desde un lugar de privilegio en el cielo disfruta de la unidad y los éxitos de su familia, de los logros alcanzados por sus amigos, de la permanencia de su amado Colegio de San Nicolás, de la evolución de Génesis y de la certeza de que jamás le hemos olvidado.
