Como México no hay dos

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Ópticas Constructivas

Dr. Rogelio Díaz Ortiz 

Sin duda alguna, el noveno mes del año posee la magia de lograr que aflore el sentido de identidad, orgullo y pertenencia de quienes tuvimos la dicha de nacer en México.

A lo largo y ancho del país se realizan emotivas y muy concurridas ceremonias cívicas, a las que suele seguir una gran verbena popular, se sacan del closet vestimentas regionales para portarlas con orgullo en las denominadas “cenas mexicanas”. 

A las cuales les caracteriza: música de mariachi, pozole, tamales, gorditas, corundas, enchiladas, atoles, agua de Horchata y Jamaica, sin faltar los cuetes, castillos y juegos pirotécnicos.  

Claro está, que algunos acostumbran agregar tequila, pulque y mezcal para darle todavía un toque “más mexicano”.

Vale la pena destacar que es una festividad que trasciende las fronteras de nuestro país y que se realiza en latitudes remotas en Europa e incluso Asía, es más en todo sitio en donde se encuentre un mexicano

Lugares como los Estados de Texas, Arizona, Washington, California e Illinois en la Unión Americana, millones de paisanos festejan a lo grande el aniversario del inicio del movimiento insurgente que culmino con la Independencia de nuestro país.

Todo inicia con la ceremonia que se realiza el día 13 de septiembre para recordar la gesta de los denominados “Niños Héroes”, evento del que recientemente se ha “adueñado” las fuerzas armadas para otorgar a sus integrantes estímulos y motivación por portar el uniforme verde olivo que les caracteriza.

Propios y extraños abarrotan las plazas y centros históricos por los cuatro puntos cardinales de la república, para participar como orgullosos testigos del ondear de nuestra bandera, el repique de las campanas y las arengas que las autoridades gubernamentales suelen realizar desde un balcón o incluso a ras de piso.

El evento que más acapara la atención es el que se realiza el día 15, en el zócalo de la Ciudad de México, ahí se concentran miles de compatriotas para participar de la tradicional “ceremonia del grito” que encabeza el presidente de la república.

Este año será el último que lo realice el actual titular del poder ejecutivo, algunos de sus antecesores solían acudir, en el sexto año de su gobierno, a Dolores Hidalgo, Guanajuato a encabezar esta emblemática ceremonia, justo en el sitio en donde lo hiciera el Cura Miguel Hidalgo en el lejano 1810.

Durante muchos años ha sido tradición que el día 16 se realice un desfile cívico militar en el que participan alumnos de escuelas, institutos y universidades, además de un nutrido contingente de integrantes del ejército mexicano.

Las casas y la iluminación de los principales edificios citadinos suelen ambientarse en colores blanco, verde y rojo como un homenaje de identidad que por un momento eclipsa divisiones, controversias, siglas, partidos y caudillos.

En Morelia, Michoacán se realiza un evento adicional el día 30 ya que se festeja el nacimiento del llamado siervo de la nación, Don José María Morelos y Pavón. Evento que muchas veces supera en participación al mismo festejo de la independencia nacional.

Hoy más que nunca, los mexicanos requerimos de unidad que magnifique nuestras coincidencias, dialogo, humildad y grandeza de miras para enfrentar en la diversidad los retos nacionales, así que cualquier excusa es buena que nos pongamos una sola camiseta, ¡para que surja desde el fondo de nuestro corazón un unánime! ¡Viva México!

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