PARA REFLEXIONAR

FB_IMG_1726838607500

PARA REFLEXIONAR.

— Mamá, ¿por qué siempre estás preguntándome dónde voy y con quién?

— Porque me preocupo por ti, hijo. Quiero que estés seguro y feliz.

— Siempre sientes que necesitas saber todo. A veces me siento asfixiado.

— No es mi intención asfixiarte. Es solo que te quiero y quiero lo mejor para ti.

— Ya estoy grande, puedo manejarme solo. No necesito que me controles.

— No es control, es amor y preocupación. Pero entiendo que necesites tu espacio.

— Mamá, ¿por qué siempre estás recordándome cosas? Pareces una grabadora rota.

— Lo hago porque quiero que estés preparado para la vida y no te falte nada.

— Pues a veces es molesto. Quisiera que me dejaras en paz.

— Lo siento si te hago sentir así. Solo intento ayudarte.

— Tal vez… tal vez he sido un poco injusto contigo. He estado pensando en todas las veces que te enojé sin razón.

— Eres joven, es natural que quieras tu independencia.

— Pero, mamá, me he dado cuenta de que todo lo que haces es por amor. Cuando me enfermé, fuiste tú quien se quedó despierta toda la noche. Cuando tenía miedo, eras tú quien me daba consuelo.

— Hijo, ser tu madre ha sido el mayor regalo de mi vida. Solo quiero lo mejor para ti.

— Me doy cuenta ahora de cuánto he sido ingrato. No te he dicho lo suficiente cuánto aprecio todo lo que haces por mí.

— No necesitas decirlo, hijo. Ver tu bienestar es mi mayor recompensa.

— No, mamá, necesito decirlo. Gracias por todo. Lo siento por haber sido tan ciego a tu amor y sacrificio.

— Agradezco tus palabras, hijo. Verte reconocer esto me llena de alegría y esperanza.

— Quiero ser mejor hijo para ti. Quiero que sepas que tu amor no ha sido en vano. Prometo escucharte más y valorar cada consejo.

— Eso es todo lo que una madre puede pedir. Estoy aquí para ti, siempre.

— Gracias, mamá. Te amo. Y prometo ser más agradecido y menos ingrato.

— Te amo también, hijo mío. Siempre he sabido que tienes un gran corazón.

lafrasedemivida

Facebook
Twitter
LinkedIn
Pinterest